Escribe Oscar González*
Aunque cualquier periodista novel sabe bien que no hay noticia importante que surja de las usualmente cronometradas y pautadas conferencias de prensa, el reclamo de que la Presidenta de la Nación convoque a esta modalidad de entrevista colectiva puesto en escena el domingo último durante el show televisivo de Jorge Lanata no es sino el más reciente recurso del marketing opositor.
Contra lo que argumentan sus autores, tal demanda está muy lejos de vincularse con ninguna prescripción constitucional.
Para apoyar ese reclamo, han fabulado una epopeya que los tiene como valerosos luchadores contra un poder supuestamente despótico.
Justo en una etapa donde la libertad de expresión es más amplia e irrestricta que nunca.
Más bien se evidencia la resistencia de un gobierno legítimo y democrático al apriete de medios autoritarios que quieren universalizar sus intereses corporativos, hostigando a un gobierno que no cede la iniciativa política e interpela sin mediaciones a una sociedad que lo apoya mayoritariamente.
Esos personeros del establishment, desairados por la decisión de una jefa de Estado que no les pide permiso para gobernar, como ocurría en otros momentos de la historia argentina, son los que provocan todo el tiempo.
Los que hostigan con campañas sistemáticas que contravienen los principios más elementales de la buena práctica y la ética periodística, y hasta la estética, como lo muestra el grotesco dominguero.
* Periodista. Socialismo para la Victoria
Publicado por la revista El Guardian, el 18 de mayo de 2012.
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