domingo, 17 de mayo de 2009

Opina Oscar González

"La derecha recluta dirigentes que no pueden disimular su complicidad con políticas de los ’90"

Oscar González, secretario de Relaciones Parlamentarias del Gobierno, dijo que "son versiones residuales de partidos tradicionales que intentan reciclarse con nuevos nombres y algún barniz marketinero". "Buscan en el enfrentamiento con el gobierno sustituir su incapacidad para disimular su crisis de representatividad", agregó.

Pese a que la campaña política rumbo al 28 de junio se inició formalmente esta semana, la precedió un proceso de extrema confrontación, iniciado por quienes consideran que la regulación de los mercados por parte del Estado es un hecho intolerable, aunque la propia realidad de los países centrales esté demostrando la falacia de ese aserto.

Pero la potencia económica y mediática de esos sectores -y por ende su capacidad de daño- no encuentran correlato en el plano de la política suscitando liderazgos de igual peso.

Es que la derecha económica, ahora privada del recurso extremo de los golpes militares, sólo consigue reclutar dirigentes que no pueden disimular su reciente complicidad con las desprestigiadas políticas de los ’90 o son versiones residuales de partidos tradicionales que intentan reciclarse con nuevos nombres y algún barniz marketinero.

Son ellos quienes buscan en el enfrentamiento con el gobierno sustituir su incapacidad para disimular su crisis de representatividad y su patética carencia de proyectos.

Mientras esas formaciones políticas disputan crudamente candidaturas sin propuestas, una persistente campaña -aviesa y vulgar- de supuestos analistas y comentaristas a sueldo, intenta sembrar la incertidumbre cuando el gobierno precisamente enfrenta el eventual impacto de la crisis mundial con múltiples medidas destinadas a proteger el mercado interno.

Esta maniobra destinada a generar desconfianza tuvo tres etapas: -La primera, que consistió en difundir la idea de que la Presidenta ocultaba la magnitud de la crisis y su impacto en la Argentina , como si fuera saludable que la máxima autoridad política del país saliera a crear un clima de temor, algo que hubiera sido letal para las expectativas económicas.

-La segunda se caracterizó por el empeño en augurar el derrumbe, celebrando la publicación de cualquier índice, sin importar la fuente, que indicara retroceso de la actividad económica.

-La tercera se centró en poner en duda la capacidad del país para cumplir con el cronograma de pagos de la deuda pública, una acción lesiva por las consecuencias que, de haber tenido éxito la especie, hubiera acarreado no al gobierno sino a la sociedad toda, en especial a sus sectores más vulnerables Por último, ahora que los números señalan que, pese al innegable impacto de la crisis en el Cono Sur, la economía inicia un camino de recuperación, se atribuye esa mejoría al salvataje de Barak Obama a los bancos estadounidenses, al mejoramiento de las expectativas en Wall Street, a los precios internacionales de la soja, en fin, a la posición favorable de los astros, como si las políticas del gobierno destinadas a sostener el empleo, el consumo y la producción genuina fueran medidas que no produjeran efecto alguno.

¿Cuál ha sido la respuesta del gobierno a esa campaña? Si durante el gobierno de Néstor Kirchner se instauró el Consejo del Salario, se recuperaron las negociaciones colectivas y se aumentaron decididamente sueldos y jubilaciones, desde la asunción de Cristina Fernández se mantuvo la política de protección del empleo, se abolió el perverso sistema de jubilación privada, se recuperaron empresas públicas y se le dio al ANSES un rol decisivo en la política social.

No hay discurso político opositor que pueda desmentir estas conquistas que la derecha, en cualquiera de sus versiones electorales, tratan de arrasar.

*Dirigente socialista y secretario de Relaciones Parlamentarias del gobierno nacional.

Publicado por la agencia TELAM el domingo 17 de mayo de 2009

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