martes, 11 de marzo de 2014

Tiempo Argentino

Chile retoma el rumbo

Por Oscar González

Los socialistas de América Latina recibimos con gran expectativa e ilusión el nuevo gobierno de Michelle Bachelet. No sólo por lo que puede significar fronteras adentro del hermano país, sino también por su significación potencial para la integración de una región que afronta la renovada ofensiva de la derecha política y las corporaciones económicas, amparadas por una superpotencia que nunca digirió haber perdido la hegemonía sobre su "patio trasero".
La asunción de Bachelet está cargada de simbolismos. Es inevitable recordar que su categórico triunfo se produjo a 40 años del golpe que frustró la "vía chilena al socialismo", el intento de cambiar la sociedad en paz liderado por Salvador Allende, el compañero presidente. Que venció a una candidata que sigue reivindicando los crímenes de la dictadura y la irrestricta libertad de mercado, y que vuelve al gobierno luego del interregno de Sebastián Piñera, que se ofrecía como la contracara de las transformaciones que experimentaba la región.
El mismo día de su victoria, Bachelet renovó la expectativa con la reafirmación del mensaje que había instalado en su campaña y le permite hoy reingresar a La Moneda. "Triunfan quienes anhelan una educación de calidad para sus hijos y nietos, y quienes buscan combatir la desigualdad", afirmó entonces en inocultable referencia a dos asignaturas pendientes de los gobiernos de la Concertación. Y apuntó: "Tendremos una nueva Constitución, nacida de la democracia."
Nueva Mayoría y la propia Bachelet han manifestado su decisión de protagonizar un salto político cualitativo, que rompa con la herencia de la dictadura y del "modelo" instalado por Pinochet y sus "Chicago boys", que fundó un Estado prescindente y sentó las bases de una desigualdad extrema.
Estamos convencidos de que el socialismo y el resto de las fuerzas progresistas que integran el nuevo gobierno trasandino impulsarán esos cambios, con su propio perfil político y en condiciones probablemente difíciles.
Con su modalidad de relacionamiento internacional, que incluye una renovada relación con la Argentina, Chile tiene la oportunidad de enriquecer el proceso regional de inclusión social, crecimiento económico y fortalecimiento de la identidad sudamericana.
Una decisión de esa envergadura fortalecerá, sin duda, a una región sometida al acecho de una derecha poderosa y retardataria. Pero también a un nuevo gobierno que ha manifestado su voluntad de retomar el rumbo y reivindicar la historia.

Publicado por Tiempo Argentino, Argentina, pág. 7, el 11 de marzo de 2013


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